lunes, 21 de julio de 2008

quemando flores silvestres

impulsivos
corren
huyen
al espacio
que inventaron
para ellos
entre unos matorrales
escondidos
del sol
de la luna
ambos se identifican
en la oscuridad
ambos se acarician
su sentida, pero no faltante
oscuridad
para ver crecer la llama hay que encender primero una chispa y luego tirarle leña al fuego
en ninguna parte
existe amor
más grande
más leal
más travieso
que el que existe
entre las plantas
del jardín de mamá
escuchan
sus propios latidos
sus propios besos
sus propios jadeos
sienten
pero el pecado
es la frutillita
que les pica
en la garganta
y baja hasta debajo del ombligo
y lanzan llamas crueles
en un polvo universal

1 comentario:

Brujita dijo...

Decía Pessoa... Si existe Dios debe ser La Naturaleza....