miércoles, 10 de febrero de 2010

cigarrillos absolutos

escucho voces, el silencio corroe los timpanos, como un agudísimo perfume que me enloquece.
siento la falta, de todo eso que pensaba era lo mejor, pero creo que se convirtió más que nada en un vicio cruel, y dejó de ser amor.

el llanto ese, tan frágil, tan debilitador, pasó y se borró, el mundo entero ya cantaba esas canciones negras.

el blanco sobre el negro.

centrifugando luces entre las sábanas de un hotel barato...