sábado, 19 de julio de 2008

control

Porque no podía más,
porque tampoco pedía más.
Una nube con forma de deseo
le brillaba en la pupila dilatada.

Porque aún no sabía,
porque tampoco quería.
Cuarenta y ocho tierras abrazadas de fuego
le guiñaban sus ojos y sus corazones.

Cuando aún estaba muerto,
cuando aún hervía su bilis.
Su tristeza cambiaba rápidamente
en la gama del gris.

Como quien nunca descansaba,
como quien jamás descansó en paz.
Su alegría volaba rapaz
sobre el lago lleno de multicolores pececillos.

Ahora es tiempo,
ahora es tiempo.
Quiere en paz,
quiere descansar.

1 comentario:

Luna dijo...

Las pupilas dilatadas y la reaccion galvanica de la piel, son esas cosas, que por mas que tengamos control de todo..no podemos controlar...
quizas es mejor asi, dejar libre las sensaciones...dejarlas volar.