martes, 12 de agosto de 2008

Obsesión ninfómaniática del sol

Avanzo en el camino
me duele la pierna
-¿Será de tanto arrastrarla?-
pero no me puedo quejar.

Escuché el manjar
de tus labios
abrirse
cerrarse
y mezclarse
en un abrazo en uno solo
eterno y carismático
que sigue el son
de la música
del jadeo
del abrazo
de los muchos brazos.

Nado hasta llegar
a la cima de tu mundo.
Escalo tus muchas montañas
peligrosas y retadoras.

Ya no intento fugarme
de tus armoniosos perfumes de incienso.
Y derrapo un rato
en la cárcel de tus viscerales miradas.

Escucho acostado
el tango que suena
mezclado en el popurrí de tus besos.

Las sales minerales
que desprende tu sudor...
en ellas me baño.

Y luego sigo huyendo
del delirio de estar vivo.
Y estar a tu lado...
Y estar a tu lado...

Suena a tronavoz
un grito
único y certero
que pide:
No más!
Por favor, nada más!!!

¿Creeremos algún día?

Escuché el manjar
de tus labios
abrirse
cerrarse
y mezclarse
con un abrazo
uno solo
eterno y carismático
que sigue el son
de la música
del jadeo
del abrazo
de los muchos brazos.

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