Con las fiestas llegaron un montón de sorpresas, no solamente las de papá noel, ni tampoco las de los reyes magos. Jacinto decidió por fin demostrar su oculto amor a su prima Patricia, dijo que lo emborrachaba con su aliento cada vez que se acercaba a ella para saludarla, y que aquello podía contra cualquier otro sentimiento ajeno a ellos. Fabián fue descubierto por nadie más que mi tío Luciano comprando grandes cantidades de mota en la esquina del bar al que siempre salía. Gerónimo, hijo de mi tío Luciano, causó un accidente al cruzar corriendo un semáforo en rojo, sin extrañarnos que saliera ileso y nadie lo buscara para declarar, en todo caso muchos conocidos de la familia podrían haber hecho algo para que saliera impune, eso del apellido... Mi media hermana Elisa, fue encontrada haciendo el amor con su más nuevo novio en el baño de visitas la misma noche de la cena de navidad, sospecho que es ninfomaniaca.
Aunque no lo parezca agradezco que no haya pasado nada peor. Jacinto podría haber demostrado su amor con algún otro tipo de inclinación, incluso podría haber demostrado su amor a su perra, aunque no dudo que no se lo demuestre ya, prefiero no saberlo. Patricia podría embriagar a todos con su aliento, ya que no deja nunca un copa llena. Fabián por suerte fue descubierto comprando, no vendiendo, esa coima le podría costar mucho. Gerónimo, por suerte corrió, este muchacho si que sabe correr, y cuando, resulta que él le estaba vendiendo la mota a Fabián, quien diría: entre primos comercializando droga, y en la calle!! Agradezco también, que la muy puta de mi media hermana por lo menos es responsable, cuando la encontraron en pleno orgasmo, cerró la puerta gritando que estaba usando condón que no había de que preocuparse. Cuando salió del baño le tiró el preservativo usado en el cabeza rapada de mi padre que miraba idiotizado toda la escena.
Yo, por mi parte, puedo decir que no hice nada malo, les enseñe a mis primos Fabián y Gerónimo a fumar mota, fui el primer hombre de Elisa, había que asegurarse que sepa recorrer bien los rieles de la vida, y bueno, de Jacinto y Patricia, solo puedo decir que no tengo absolutamente nada que ver, mera coincidencia.
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