jueves, 12 de junio de 2008

¿En el espejo, o a través?


De niño siempre se había preguntado cómo funcionaba esa ventana, cuando le preguntó a su padre ¿qué era? ¿Y porqué siempre la gente se paraba en frente y miraba con curiosidad, y posaban allí, y se acomodaban el pelo o alisaban la ropa? sólo respondió que era para verse mejor.
Cuando creció se dio cuenta que eso no era una ventana, era una puerta, a través de esa puerta todo cambiaba de lado, un día se paró en frente a él y decidió entrar en él. Observó entonces que allí él podía escribir con la otra mano, allí él era diestro como todos los demás; la cicatriz de su cara empezaba en la ceja izquierda. Observó que entonces la puerta de su casa apuntaba hacia el norte, y que la ventana hacia el parque apuntaba, entonces, hacia el mismo parque pero dado vuelta. Apenas se dio cuenta de eso cuando había abierto la puerta que ya estaba abierta; pero cuando quiso entrar metiendo primero la cabeza el panorama dolió en los ojos, todo quedó en rojo y cuando volvió sobre sus pasos, la puerta estaba rota, y empezó a caerse en pedazos. El mundo entero que apenas había podido ver, empezaba a destruirse, el mundo en el que pensó que todo sería al revés se desplomó, sus sueños de cambios quedaron hechos trizas, ya los pobres seguirán siendo pobres, sin techo ni pan, los ricos seguirán siendo esnobs, y los conocidos gobernarán entre ellos al montón que ocupa ese territorio. Todo seguirá en su lugar y la lluvia no mojará el cielo y el orfanato no dará padres sino hijos de putas. Así con el espejo tirado en el piso, él pudo ver que todos sus sueños de cambio nadie podría soñarlos de vuelta, porque esa puerta era vieja, de las primeras puertas que existieron de ese tipo, era única, y nunca nadie había pensado en abrirla, solo a mirarla. Así con ese dolor de cabeza él supo que todo seguiría igual que antes.

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